CAPÍTULO 7, SEGUNDA PARTE
Erick
y James se miraron entre ellos y, tras unos segundos, se sentaron en
el césped, justo enfrente de mí.
Verlos
uno al lado del otro me hizo pensar en lo muy diferentes que eran.
Mientras que la mirada azul de Erick transmitía seguridad y calidez,
la de James, tenía un aire misterioso y electrizánte que hacía que
se me pusieran los pelos de punta. La palidez del demonio contrastaba
con el ligero bronceado de Erick. Lo único que tenían en común era
la altura y el cuerpo musculoso.
Finalmente,
el ángel de ojos azules carraspeó, haciendo que dejara mis
comparaciones de lado y pusiera mi atención en él.
-Todo
comenzó hace, aproximádamente 20 años. El reino angélico era un
caos. Los demonios habían encontrado la forma de ascender a los
cielos y arrasaban los dominios de los ángeles.
James
carraspeó, interrumpiendo la explicación de Erick.
-Si
los demonios os invadimos, fue porque nos desterrásteis al
submundo.- aclaró este.
-Ya
pero...- fue a replicar Erick, pero antes de que acabara la frase lo
interrumpí.
-No
importa quien invadiera a quien, haz el favor de continuar con la
historia.- protesté, soltando un suspiro.
Erick
se quedó unos segundos en silencio hasta que decidió continuar.
-Bueno.
Los demonios nos invadían, incendiaban nuestros cuidados jardines,
mataban a los más débiles...-
James
abrió la boca, dispuesto a replicar, pero le fulminé con la mirada,
provocando que este la cerrara de inmediato, frunciendo el ceño.
-Los
ángeles decidieron luchar, formando un ejército con las mujeres y
hombres más fuertes. A diferencia de los humanos, los ángeles y
demonios consideramos a las mujeres lo suficientemente fuertes para
luchar.- explicó Erick- La guerra que se llevó a cabo fue brutal,
una de las peores de los últimos siglos, por lo que me han contado.
Pero finalmente. Los demonios se marcharon, ya que habían perdido a
una considerable parte de su población.
-Al
igual que los ángeles.- añadió James.
Erick
rodó los ojos, aparentemente molesto por aquel comentario.
-Pasada
la guerra. Todos los ángeles sobrevivientes se reunieron en el gran
salón de actos, dentro del castillo principal del reino. Allí se
contaron a los muertos de la guerra y los daños producidos en el
reino angélico. Fue entonces cuando se dieron cuenta de la falta de
una presencia importante en la sala. El arcángel Daniel. Al ver que
no estaba allí, todos le dieron por muerto.
-Ya,
muy bonita la historia.- dije, interrumpiendo a Erick- ¿Pero que
tiene que ver todo esto conmigo?
-Lena...
Daniel, era tu padre.- dijo James, clavando su amarillenta mirada en
mí.
Abrí
los ojos como platos.
-Espera...
¿¡Qué?!- dije, sorprendida ante su respuesta- ¿Cómo va a ser un
arcángel mi padre? ¿¡Pero no acababas de decir que estaba muerto?!
Erick
frunció el ceño y suspiró con impaciencia.
-¿¡Quieres
dejarme continuar la historia?!- protestó.
-Está
bien. Continúa.- dije, intentando, sin mucho éxito, relajarme.
-Dije
que todos lo daban por muerto, pero realmente él no lo estaba. Por
lo visto el arcángel Daniel se enamoró locamente de una demonia de
la que no recuerdo el nombre.-
-Abrahella.-
aclaró James, interrumpiendo a Erick.- Se llamaba Abrahella. Era una
demonia muy famosa en el submundo. Su increíble belleza era la
perdición de todos los demonios, quienes besaban el suelo por el que
ella pasaba.- sus ojos amarillos penetraron en los míos
intensamente. Desvié la mirada, incapaz de seguir mirandolo a los
ojos
-En
fin.- prosiguió Erick- El caso es el el amor entre Abrahella y
Daniel era mutuo y bueno, de ahí surgiste tú.
-¡Un
momento!- dije, provocando que Erick y James dirigieran sus miradas
hacia mí.- Pero... No... No puede ser...- balbuceé, intentando
ordenar las ideas en mi mente- Mis padres no tienen pinta de ser un
ángel y un demonio. Ellos... Son los condes de Gredfield.
James
resopló, rodando los ojos.
-¿Es
que no lo entiendes? Ese matrimonio que lleva cuidándote toda tu
vida no son tus verdaderos padres.- explicó.
Me
quedé petrificada al oír las últimas palabras de James.
''
Llevo viviendo toda mi vida en una mentira'' esta idea golpeó mi
cabeza como 20 puñales.
-Pero...
Ellos nunca me lo dijeron.- dije, en un susurro apenas audible.
-No
les eches la culpa. Uno de los demonios de la A.P.U hechizó a los
condes para que pensaran que eras su hija.
-No
lo entiendo... ¿Por qué?- dije, algo confusa. Era difícil para mí
asimilar todo aquello de golpe- ¿Y qué es la A.P.U?
-Lena...
Los ángeles y demonios llevan odiándose desde el principio de los
tiempos. Para ellos es una aberración que un ángel y un demonio se
amen. La A.P.U es una asociación de un grupo de ángeles y demonios
a la que pertenecemos James y yo. Nos encargamos de protegerte.
-¿Qué
significan las iniciales de la asociación?- pregunté.
-Realmente,
nadie lo sabe.- explicó James, encogiéndose de hombros- Supongo que
el tío que formó la asociación no tenía demasiada imaginación y
escogió tres letras a voleo que quedaban medianamiente bien.
En
otras ocasiones habría soltado una pequeña risita ante la respuesta
de James. Pero en estos momentos no podía evitar estar seria,
asimilando que llevaba toda mi vida pensando que era alguien que no
era.
-Ey...
Lena, ¿estás bien?- preguntó Erick, acariciándome la mejilla
suavemente.
Sus
ojos azules brillaban mientras me miraba con preocupación. Asentí
con la cabeza.
-Erick.
¿Qué ha sido de mis padres?- pregunté, en un susurro.
Este
dejó de acariciarme la mejilla y me miró seriamente.
-Los
mataron.-
Ahogué
un grito de horror.
-¿Los
mataron simplemente por el hecho de estar enamorados?- dije, sin
creermelo- ¿Y los ángeles lo permitieron? Pensaba que estábais a
favor del amor y todo ese rollo.
James
sonrió con malicia.
-Los
ángeles no son como tú crees hermosa. Ellos desprovaban el amor de
tus padres tanto como lo hacían los demonios.
Desvié
la mirada. Sinceramente no me esperaba aquello. Siempre había
pensado que los ángeles eran los buenos y los demonios los malos.
Ahora entendía que todo no era tan simple como aquello.
-Entonces...
Los ángeles y demonios me consideran... ¿un monstruo?- balbuceé,
mientras arrancaba césped con nerviosismo- ¿Simplemente por ser el
fruto del amor entre un ángel y un demonio?
Erick
y James asintieron con la cabeza.
-Pero
apuesto a que más de uno cambiaría de idea si te viera...- dijo
James, con picardía.
Erick
alzó una ceja, fulminándole con la mirada. Yo decidí ignorar el
comentario.
-A
ver... Dejarme que me aclare.- dije, intentando ordenar todas las
ideas de mi mente.- Mis padres son un ángel y una demonia, por lo
que poseo características de ambos. La mayoría de ángeles y
demonios me consideran un monstruo y quieren matarme, en cambio, hay
una pequeña asociación llamada A.P.U que quiere protegerme. ¿Voy
bien?
Tanto
el ángel como el demonio asintieron con la cabeza.
-Lena...-
alcé la mirada, clavando mis ojos en Erick- Ellos te tienen miedo.
Te tienen miedo porque eres diferente. Temen que puedas usar tu poder
contra ellos. Tienes características de un ángel y características
de un demonio, eres el equilibrio entre ellos. Si los ángeles somos
el blanco y los demonios el negro, tú eres el gris.
Recorrí
a James y Erick con la mirada.
-Y
vosotros. Los de la asociación A.P.U, ¿por qué me protegéis? ¿
Por qué no me queréis matar como lo desean los otros?- pregunté,
clavando mis extraños ojos verdes en ambos.
Esta
vez fue James el que contestó.
-Porque
creemos en ti. Tenemos la esperanza de que tú seas la que una a
ángeles y demonios. No pedimos la paz, ya que eso es imposible.
Simplemente queremos que ambos bandos se respeten y aprendan a
convivir juntos. Ya que bueno, al fin y al cabo, la luz no podría
existir sin la oscuridad, ¿no crees?-
La
última observación de James me dio que pensar. Me costaba
reconocerlo, pero él tenía razón.
-La
persona que me atacó durante la excursión al pueblo... ¿Era uno de
esos ángeles o demonios que me quieren matar?- pregunté
Erick
asintió con la cabeza.
-Edward,
también quería matarte. Utilizó a tu amiga Naomi para llegar hasta
ti.- explicó él- Por ahora solo han mandado a demonios a matarte,
lo más probable es que el siguiente que intente atacarte sea un
ángel. Supongo que por eso te mandaron a ti.- se dirigió hacia
James, quien tenía la mirada perdida en el lago.
Entonces
este se giró, y al ver la confusión en mi rostro, decidió explicar
las palabras de Erick.
-Los
ángeles no perciben tan bien a los de su especie como lo hacemos los
demonios. Al igual que los demonios no percibimos a los de nuestra
especie como lo hacen los ángeles.- dijo James- Los ángeles y los
demonios nos odiamos por razones desconocidas. Siempre que hay un
ángel cerca percibo como un gran sensación de odio empieza a
formarse en mi pecho. Ahora, por ejemplo, estoy haciendo unos grandes
esfuerzos por no estrangular a tu amigo el angelito.
Erick
le dirigió encantadora sonrisa.
-¡Qué
amable por tu parte!- dijo, con ironía.
-¿
Por qué quieren matarme ahora?- pregunté, cambiando de tema- Es
decir... Podrían haberlo hecho cuando era un bebé, ¿no habría
sido más fácil? Aparte, no recuerdo que de niña quisiera matarme
alguien. Estos ataques están empezando ahora.
Erick
abrió la boca para contestar, pero el demonio empezó ha hablar
antes de que le diera tiempo ha decir nada.
-Por
lo que me han contado. Cuando naciste, tu padre, Daniel, sabía que
en cuanto se enteraran los ángeles y demonios de que habías nacido
te matarían. En esos momentos tus padres estaban huyendo, ya que
habían montones de patrullas en busca de ellos. Él te dio al
creador de la A.P.U, que por lo visto era un amigo íntimo de tu
padre, y este prometió protegerte. Te llevó con los condes a los
que tú conocías como tus padres.- hizo una pausa- En cuanto los
ángeles y demonios se dieron cuenta de que Daniel y Abrahella habían
tenido un bebé ya era demasiado tarde, ya que tú estabas con los
condes. Cuando eres pequeño tus poderes no se pueden captar. Llevan
estos 17 años buscándote, pero nunca te habían visto, por lo que
no sabían cual era tu aspecto. En cambio ahora, estás apunto de
cumplir los 18, por lo que tus poderes están en proceso de
formación. Ellos ya saben quien eres y pueden captar tu presencia.
Me
levanté del césped de golpe. Sentía que mi cabeza me explotaría
en cualquier momento. Tanta información de golpe empezaba a no
sentarme demasiado bien. Ya entendía porque Erick se había empeñado
en mantener mi naturaleza en secreto.
Erick
y James se levantaron al ver que yo me ponía en pie. Di media
vuelta, y sin despedirme si quiera, empecé a caminar hacia la
academia. No me vendría mal dormir un rato. Sentí unos pasos a mis
espaldas. Una cálida mano se posó en mi hombro. Me giré y me
encontré con unos amarillentos ojos, que me miraban por una vez, sin
burla en ellos.
-Entiendo
que tanta información de golpe sea demasiado para ti. Pero, pensé
que era justo que lo supieras.- dijo él con seriedad.
-Estoy...
Estoy bien.- mentí, mientras daba media vuelta y continuaba mi
camino.
Sí
que me vendría bien tumbarme en mi cama, después de todo.
Bueeenas angelitos!
¿Qué tal estáis?
¡Por en ángel! Al fin sabéis la verdadera naturaleza de Lena, ¿os esperabais que fuera la hija de un arcángel y una demonia?
Este capítulo no tiene acción, pero creo que aclara bastantes incógnitas de la novela. Si supierais lo que me costó idear la historia para que todo encajase...
Eeeen fin,
no tengo mucho más que decir, a si que me voy.
Me despido con una canción que ya tiene sus años, pero sé que nunca dejará de gustarme.
Byeee!
PD: Gracias a todas por felicitarme por mi cumpleaños,
Os quiero :)
Hola!!! me encanto! no me lo esperaba jaja
ResponderEliminarTrate de enviarte el correo del cumple pero se devolvio y no lo pude enviar asi que si tienes otro correo o algo asi me lo das? jaja
bye!! besos!
Guau!!!!!! no me esperaba que esa fuera la naturaleza de Lena... Chica tienes mucha imaginación!
ResponderEliminarBesos<3
Ya voy por el cap 5!!! jeje voy llegando ^^
ResponderEliminarTienes un premio en mi blog, pásate cuando quieras ^.^
Besoos!!
-Pero apuesto a que más de uno cambiaría de idea si te viera...- dijo James, con picardía.
ResponderEliminarErick alzó una ceja, fulminándole con la mirada. Yo decidí ignorar el comentario.
ME ENCANTO♥
Excelente capitulo:3
Besos