miércoles, 1 de enero de 2014

Capítulo 13, segunda parte

CAPITULO 13, SEGUNDA PARTE
Corría como nunca antes lo había hecho. Sentía el fuerte latir de mi corazón contra mis oídos y notaba como mis piernas empezaban a debilitarse, pero nada de eso me impedía continuar. Tenía que salir de allí, debía salir de allí.
Una vez llegué al bosque me detuve, Erick estaba detrás de mí.
-¿Qué vamos a hacer ahora?- jadeé, dejandome caer sobre un árbol cercano para recobrar el aliento- Si vamos volando y nos alcanzan será mucho peor.
La mirada calculadora de Erick recorría todo el lugar.
Entonces sentimos el sonido de unas pisadas provenientes de detrás de un arbusto.
El ángel se puso en guardia, pude advertir como los músculos de sus brazos se tensaron mientras sacaba una pequeña daga dorada de su cinturón.
-Lena.- la voz de Naomi resonó en el inmenso silencio que adueñaba el lugar.
Abrí los ojos como platos. La sangré de mis venas se congeló al oír el sonido de la voz de mi mejor amiga llamádome.
-¡Naomi! ¡Tienes que salir de aquí!- exclamé alarmada- Yo ya me iba a casa de mis tíos, una carroza me está esperando.-mentí.
Seguidamente me di cuenta de lo muy estúpida que había sonado mi excusa. ¿Cómo iba una carroza a recogerme en medio del bosque?
-No te molestes Lena, sé que estás mintiendo. ¿Por qué te irías con él a casa de tus tíos?- miró hacia donde estaba Erick- Y... ¿De qué narices estaba hablando antes? Dijo... Dijo algo de que habías utilizado tus poderes. ¿Qué poderes?- se detuvo durante un momento, cogiendo aliento- ¿Qué..qué está pasando Lena?
Le dirigí una mirada de nerviosismo a Erick. ¿Cómo es que Naomi había podido verle todo este tiempo? Recuerdo perfectamente que él me dijo que solo yo podría verle. Y Naomi no era ni un ángel ni un demonio...¿O sí?
Borré ese último pensamiento de mi cabeza rápidamente, Naomi no podía ser ninguna de las dos cosas, yo lo habría sentido.
Entonces, ¿qué era lo que había ido mal?
Mire a Erick, quien avanzó un paso hacia la anonadada Naomi.
La forma en que la miraba me dio a entender que Erick sí que sabía lo que era Naomi.
-Antes de ir a la academia, ¿con quién vivías?- le preguntó el ángel, clavando su brillante mirada de ojos azules en ella.
-Pues... Vivía con mi madre y mi hermano.- respondió Naomi, con la duda pintada en su rostro- ¿Por... por qué me preguntas esto?- tartamudeó.
-¿Y tu padre?- continuó Erick, ignorando por completo su anterior pregunta.
Naomi frunció los labios, mientras bajaba la mirada al suelo.
-Mi padre falleció nada más nacer yo.- respondió débilmente.
Miré a Naomi con tristeza. Ella nunca hablaba de su familia conmigo. Ahora entendía porque no lo hacía.
-¿Tienes una marca de nacimiento con forma de estrella en el hombro?- preguntó el ángel, mirando a Naomi con aparente curiosidad.
Esta abrió la boca sorprendida. Y lo miró, sin dar a crédito lo que acababa de escuchar.
-¿Có...cómo sabes tú eso?- preguntó mientras se bajaba la manga del vestido dejando ver la estrella.
Miré a Erick sin comprender a donde quería llegar.
-¿A qué viene todo esto?- dije.
Este se giró para contestarme, pero antes de que pudiera abrir la boca, oí unas pisadas que se acercaban a nosotros.
-¿Naomi? ¿Naomi, estás ahí?- dijo una voz que se me hizo extremadamente familiar. La voz de Christian.
Toda la tensión que se había apiadado de mi cuerpo disminuyó, consiguiendo que los músculos de mi cuerpo se relajaran de nuevo.
Pero esta repentina paz no duró demasiado. Ya que, de pronto, una profunda oscuridad se adueñó de todo el lugar, impidiéndome ver.
Sentí como una mano entrelazaba sus dedos con los míos, por su tacto rugoso supuse que era la de Erick.
La inmensa oscuridad cesó al cabo de unos segundos. Examiné a mi alrededor sin comprender que había pasado, y entonces fue cuando lo vi. El demonio que me había torturado tenía a Christian atrapado, con un cuchillo de hoja dorada sobre su cuello. Junto a él se encontraba Emily. Esta vez vestida con traje de batalla. Su corto cabello rubio estaba revuelto a causa del viento.
-¿Emily?- oí a Naomi decir junto a mí.
-No es quien tú piensas que es.- dije con frialdad- No es nuestra amiga. Nunca lo ha sido.
Christian bajo el agarre del demonio hacía tremendos esfuerzos por soltarse, pero nada de lo que pudiera hacer parecía perjudicar al demonio, quien lo agarraba con una increíble facilidad.
El demonio bajó la manga de Christian, dejando al descubierto, una marca con forma de estrella en su hombro.
Formó una maliciosa sonrisa en su rostro, consiguiendo que se me erizaran los pelos de la nuca.
-Vaya, vaya, vaya... Un nefilim.- dijo el demonio, con una sonrisa de triunfo aún en su rostro- Bueno, mejor un medio ángel que nada.
Tras decir estas palabras desvió el cuchillo dorado del cuello de Christian para clavárselo en el corazón.
Sentí como si todo el mundo se hubiera congelado a mi alrededor. Oía los gritos constantes de Naomi a mi lado, quien llamaba a su hermano sin obtener respuesta. El demonio reía. Y Erick me atraía hacia él, rodeándome con sus brazos para darme consuelo.
Pero todo esto se me hacía extrañamente indiferente, como si nada estuviera pasando realmente, como si fuera una simple ilusión.
En mi cabeza se formaban una imagen tras otra, teniendo al joven de ojos color miel como protagonista en todas ellas.
Christian en la enfermería abrazándome, guiándome hacia mi habitación el primer día de la academia, estudiando juntos en la biblioteca y por último, Christian confesándome lo que sentía por mí.
Sentía como si hubieran arrancado una parte de mi ser, lánzandola al avismo. Un pequeño pedacito de mí, perdido. Un gran amigo, que había fallecido por mi culpa.
Sentí como algo húmedo empezaba a empañar mis ojos y descender por mis mejillas. Estaba llorando.
Aquel sentimiento de culpabilidad me estaba matando por dentro. Si yo no hubiera venido a despedirme o, si simplemente me hubiera atrevido a aceptar lo que él sentía por mí en vez de persuadirlo con mis estúpidos poderes, probablemente él estaría vivo.
Un sentimiento de rabia empezó a estenderse por mis venas, mis ojos, cegados por un odio que nunca antes había experimentado.
Miré a mi alrededor. Una pequeña lucha se había empezado a llevar a cabo.
Erick tenía las enormes alas blanquecinas desplegadas y se abalanzaba contra Emily y el demonio, usando como arma una gran espada dorada con rubís en la empuñadura.
Mientras tanto, Naomi lloraba desconsolada junto al cuerpo inerte de su hermano, por suerte nadie se había fijado en ella, por lo que no estaba en peligro. Pensé en ir junto a ella, pero entonces me fijé en Erick. Tenía una profunda herida en la pierna y luchaba él solo contra dos personas. Definitivamente él necesitaba más mi ayuda.
Saqué una de las armas blancas que había cogido prestada de la sala de entrenamiento antes de mancharme. Era una pequeña daga, pero en cuanto mis dedos rozaron su empuñadura, esta se transformó en una enorme espada de hoja afilada.
Fui directa hacia el demonio, con mis ojos cargados de ira. Ignoré por completo la mirada de Erick, quien me pedía a gritos que saliera de allí.
Arremetí contra el demonio sin saber lo que hacía. Había perdido totalmente el control de mi cuerpo, que parecía funcionar guiándose por el odio que corría por mis venas.
El demonio contra el que luchaba esquivaba mis golpes con agileza, aún con esa arrogante sonrisa en su rostro. Cuantas ganas tenía de borrársela.
-Vaya... Parecías más indefensa cuando te torturé. Por lo visto la señorita ha estado entrenándose.- dijo él demonio, mientras esquivaba de nuevo uno de mis golpes diréctos al corazón- ¿Sabes?Tu técnica de lucha. Es exáctamente igual que la de tu madre. La reconocería en cualquier parte ya que es igual que la mía. Ella fue quien me entrenó.
Choqué su espada contra la mía, consiguiendo que no alcanzara mi brazo izquierdo.
Mi odio hacia el demonio aumentó en cuanto oí sus últimas palabras. Mi madre lo había entrenado. Mi madre, había entrenado al asesino de mi mejor amigo.
Estos pensamientos hicieron que arremetiera contra el demonio con más fuerza de la debida. Este lo esquivó y, aprovechando que me paré a recobrar el aliento a causa de la energía gastada en el golpe, dirigió su espada hacia mi pierna con una rapidez que nunca antes había visto, provocando un profundo corte en ella. Intenté ponerme en guardia de nuevo, pero perdí el equilibrio, cayendo al suelo. Un pequeño gemido de dolor escapó por mi boca en cuanto la profunda herida chocó de bruces contra el suelo.
Estaba empezando a perder sangre. Por no hablar de la horrible sensación de mareo.
Oí el sonido atronador de la risa del demonio, que llegaba a mi mente como si fuera una especie de eco lejano.
Se me empezó a nublar la vista.
-¿De verdad pensabas, que podrías vencerme?- dijo el demonio, utilizando su habitual tono burlón- Sé todos tus movimientos. Eres igualita a tu madre.- empezó a reírse a carcajadas, provocando que se me erizaran los pelos de la nuca.
Oí un pequeño ruído metálico procedente de mi mano derecha. Sentía un frío metal contra mis dedos. Dirigí la mirada hacia allí. La espada que había estado blandiendo había vuelto a su tamaño original. Una pequeña daga. La apreté con fuerza entre mis dedos.
El demonio se dirigió hacia Erick, a quien le sangraba un corte del brazo. Tenía la cara repleta de sudor y las manos manchadas de sangre, al igual que el filo de su espada. Lo miré asustada, pero entonces advertí en el cadáver de una chica rubia a sus pies. La sangre no era suya. No pude evitar que un suspiro de alivio escapara por mi boca.
-Te mataría si no fuera porque Miguel no quiere que lo haga.- dijo el demonio, dirigiéndose hacia Erick- Él aún tiene la esperanza de que vuelvas con nosotros. Amor de padre, supongo.- dijo el demonio, encogiéndose de hombros.
Erick apretó con tal fuerza la espada que temí que fuera a romperla. Su rostro estaba rojo de ira.
Entonces una imagen pasó por mi mente. Eren, lanzando cuchillos contra una diana. Si ella acertaba siempre en el centro, ¿por qué no podía lograrlo yo? El demonio estaba a unos 20 metros de mí. Era un blanco difícil pero, ¿qué otra opción me quedaba?
Cogí con fuerza el mango de la daga y lo lancé, imitando los movimientos que había visto hacer a Eren.
Observé concentrada la trayectora de la daga por el aire hasta que esta se clavó en la espalda del demonio, a la altura del corazón.
Expulsé el aire que había estado comprimiendo en mis pulmones, mientras una sonrisa de triunfo se formaba en mi rostro. Erick contempló sorprendido, como el cuerpo inerte del demonio caía al suelo. Seguidamente corrió hacia mí, mirando la sangre que manchaba la tela de mi vestido con preocupación.
-Estás herida.- se arrodilló junto a mí y me subió el vestido hasta la altura de la herida, un poco más arriba de las rodillas.
Mi rostro se ruborizó mientras él examinaba la zona herida. Rompió un pedazo de tela del dobladillo de mi vestido y lo ató habilidosamente alrededor de la herida.
-Esto hará que aguantes durante el viaje.- dijo, mientras me apartaba el pelo de la cara con suavidad.
Noté como las lágrimas empezaban a descender por mis mejillas. Miré a Erick, quien seguía apretando el trozo de tela contra la herida. Estaba vivo. Me eché a sus brazos, rodeándolo por el cuello. A pesar de que me había dicho a mí misma que me controlase, no había podido evitarlo. Necesitaba tenerlo cerca.
Noté como este, a su vez, me rodeaba con sus brazos, haciéndome sentir segura. Hundí la cabeza en su pecho, manchando su camisa de lágrimas y sangre. Este me acarició el cabello, meciéndome en sus brazos.
-Ha sido increíble lo que has hecho, Lena. Hoy has recibido tu primera clase de entrenamiento y aún así, has podido defenderte con desparpajo con la espada.- dijo- Por no hablar del último cuchillo que has lanzado. Tienes buena puntería.
Me encogí de hombros.
-Tuve suerte.- respondí, quitándole importancia.
-Estoy convencido de que no fue suerte. Tienes un don, Lena. Solo que aún no lo has desarrollado.-
Eché una mirada hacia Naomi, quien seguía junto al cadaver de su hermano.
-¿Qué..qué es un nefilim?- balbuceé.
-Son aquellos humanos que poseen sangre de ángel en sus venas. El padre de Naomi debía de ser un ángel.- explicó Erick.
-¿Es por eso por lo que ella podía verte?- este asintió con la cabeza- Ella... Nunca me lo dijo...- murmuré, algo decepcionada.
-Por la forma en la que hablaba, dudo que ella misma lo supiera.-
Mi mirada pasó de Naomi al cadaver que yacía junto a ella. Él corazón se me encogió mientras el sentimiento de culpabilidad volvía a adueñarse de mi ser.
-Sé lo que estás pensando. No es tu culpa Lena.- dijo Erick seriamente- Tú no sabías que ellos iban a seguirte. Y aunque no hubieras venido hoy a despedirte, ellos habrían encontrado alguna manera de volver a verte. Es lo que tiene la amistad. Ellos te seguirían a cualquier parte aunque tú no quisieras, al igual que tú harías con ellos.
Suspiré, mientras sentía como mis ojos se empañaban a causa de las lágrimas.
-¿Qué vamos a hacer con Naomi? No puedo marcharme ahora sin más y dejarla aquí sola.-
Clavé mis ojos en las pupilas azules de Erick, quien parecía estar pensando sobre que responderme.
-Ella... Tendrá que venir con nosotros al refugio. Tenemos que explicárselo todo.-


6 comentarios :

  1. Me ha encantado el capi, pero he llorado en partes... Quiero el siguiente!!!!!!!
    Besos con sabor a zanahoria<3

    ResponderEliminar
  2. Me ha gustado mucho el capitulo y como siempre quiero MAS!!
    :) Sigue asi!

    ResponderEliminar
  3. HIJA DEL MAL! COMO SE TE OCURRE MATARLO. DIJE POR EL GRUPO QUE NO IBA A LEER EL CAPITULO PORQUE SABIA QUE IBAS A MATAR A ALGUIEN, NUNCA PENSE EN EL D: Cai en la tentacion -.-" Te matare Admii, lo hare...

    ResponderEliminar
  4. HIJA DEL MAL! COMO SE TE OCURRE MATARLO. DIJE POR EL GRUPO QUE NO IBA A LEER EL CAPITULO PORQUE SABIA QUE IBAS A MATAR A ALGUIEN, NUNCA PENSE EN EL D: Cai en la tentacion -.-" Te matare Admii, lo hare...

    ResponderEliminar
  5. Hola!!! Por que?!? por que lo has matado?!? :( me encanto el capitulo y otro otro otro yaaaa jajajaj bueno FELIZ AÑO!!!! espero que este año sea genial para ti y todo el mundo jajaja asi que espero el siguiente capitulo!!!! Y Maria es que escribes completamente genial!!! deberias escribir un libro y yo sere tu manager ;) jajaja. Besos!

    ResponderEliminar
  6. Dios O-O Excelente capítulo, aunque muero porque sigas escribendo:3
    Besos

    ResponderEliminar