¿Qué tal están mis queridas lectoras? ;)
Antes de poner el capítulo, quería agradecerle a Sara por enviarme aquel e-mail que me hizo tan feliz. Enserio, ¡muchas gracias! Me encanta que la gente me de su opinión sobre la novela :3 (a propósito, gracias también a los que comentáis en cada entrada).
Recordad que si queréis contactar conmigo mi dirección de gmail es: maria.9rl11@gmail.com
Y ahora sí, sin más demora, os dejo el capítulo:
CAPÍTULO
3
Sentía
la hoja de la daga sobre mi cuello, el roce era frío y a la vez,
mortal. Seguidamente el hombre la bajó un poco más, dirigiéndola
hacia mi corazón.
Empecé
a gritar fuertemente con la esperanza de que alguien me escuchara y
viniera a ayudarme. El hombre al darse cuenta de mis intenciones me
tapó la boca bruscamente.
-Calladita
estás más guapa.- susurró cerca de mi oído.
Sentía
su podrido aliento en mi oreja derecha, una sensación de ansiedad se
apiadó de todo mi cuerpo. ¿Qué había hecho yo para morir?
De
repente una fuerte sacudida de viento nos golpeó en la cara, pero el
hombre se mantenía firme, sujetándome para que no me escapara.
-¿También has hecho tú esto?- me preguntó soltando un gruñido.
Lo
miré confundida.- ¿Hacer el qué?
Un
fuerte ruido retumbó por todo el bosque, me tapé los oídos
asustada.
-Apártate
de ella.- dijo Erick, mientras le daba un fuerte puñetazo al hombre
en la cara.
Lo
miré algo confundida, pero a la vez aliviada, no tenía ni idea de
como había llegado él hasta allí, pero me sentía segura, su
presencia me reconfortaba.
A
este le pillo por sorpresa, algo que le vino bastante bien a Erick,
ya que se tiró encima de él y empezó a golpearlo con fiereza. El
hombre se puso en guardia y contraatacó, sacando de su chaqueta, la
daga con la que me había apuntado antes. Erick se detuvo y analizó
la situación durante unos instantes, pude leer la sorpresa en su
rostro, probablemente él no se esperaba que aquel hombre fuera
armado. Este aprovechó su duda para clavarle su daga en el corazón.
Solté un chillido. Por suerte, Erick se apartó con rapidez, de
manera que le rozó el costado. Suspiré, aliviada y me apoyé en un
árbol, mientras hundía mi cabeza entre mis manos. Me sentía
mareada y me dolía todo el cuerpo. Contemplé asustada la pelea que
estaba teniendo lugar a escasos metros de mí.
Erick
era mucho más rápido y fuerte, cada uno de sus golpes contaban con
una gran precisión y potencia, pero el otro hombre llevaba una daga,
algo que le podría dar mucha ventaja.
Erick
se giró durante una pequeña fracción de segundo, mirándome
intensamente a los ojos, de su labio inferior brotaban grandes
chorros de sangre.
-¡Huye!-
gritó.
Yo
le devolví la mirada, asustada. ¿De verdad pensaba que podría
dejarlo allí como si nada? ¿Con un hombre psicópata armado? Negué
con la cabeza y una pequeña lágrima resbaló por mi mejilla.
Este
suspiró.- ¡Por dios Lena sal de aquí!-
El
hombre se levantó del suelo. Cojeaba. Se acercó a mí, sonriendo
siniestramente. Y, entonces caí en la cuenta de que, al fin, me
dejaba ver su rostro. Era un hombre de mediana edad, rondaría los
40. Podría haber parecido una persona normal, pero había algo en
sus ojos. Algo, que los hacía diferentes a los demás. Eran
plateados y no tenían pupila.
Retrocedí
asustada. Entonces aquel hombre desapareció de la nada. Noté una
presencia a mis espaldas y me giré rápidamente.
-¡Sorpresa!-
exclamó, mostrando unos podridos dientes.
Alguien
tiró de mi y se colocó delante mía.
-Ni
se te ocurra tocarla.- dijo Erick en tono amenazador, mientras me
sujetaba el brazo dulcemente.
Aquel
hombre empezó a andar a nuestro alrededor, mostrando una horrible
sonrisa.
-Oh...Encantador.
El caballero protegiendo a la damisela en apuros.- soltó una
carcajada.- Eso está demasiado visto.
Erick
se quedó unos instantes en silencio, analizando a su oponente.
-¿Vienes solo?- le preguntó.
Esta
vez el hombre me miró a mi. Mantuve durante unos segundos la mirada,
pero no pude aguantar más y, finalmente la aparté, había algo
oscuro en sus ojos plateados, algo, que me asustaba, pero a la vez me
fascinaba.
-
Sí, vine solo. No contaba con que estarías tú también.-
Empezó
a jugar con su daga, dándole vueltas entre sus dedos.
-No
soy idiota.- esta vez se dirigió hacia Erick, quien seguía
sujetándome el brazo.- Sé lo difícil que es luchar contra
criaturas como tú.
Erick
se puso tenso, yo le lancé una fugaz mirada. ¿Criaturas como tú?
¿Qué ha querido decir con eso?
El
hombre se puso cara a cara con Erick. Este no se movió de su sitio y
mantuvo la mirada con aquel hombre extraño de ojos plateados.
El
hombre le dio unos golpes en la mejilla a Erick, este agarró su
muñeca con fuerza.
-Pero,
tú sabes al igual que yo, que no siempre vas a estar ahí para
protegerla.- el hombre sonrió una vez más y se esfumó de la nada.
Me
di la vuelta rápidamente, temiendo que estuviera a mis espaldas, al
igual que había hecho antes, pero no había ni rastro de él.
-Se
ha ido.- anunció Erick, mientras se dejaba caer a los pies de un
árbol.
Lo
miré, se le veía preocupado, tenía sus hermosos ojos azules
clavados en la espesura del bosque.
-Lena.-
me llamó, mientras se giraba para mirarme- ¿Por qué no te fuiste
cuando te lo pedí?
Aquella
pregunta me pilló por sorpresa, me quedé unos instantes en
silencio, pensando en que responder.
-Porque...-balbuceé.-
Yo... No podía dejarte ahí...Solo...Con aquel extraño hombre...
Yo... Tenía miedo, no quería que te pasara nada...- una pequeña
lágrima resbaló por mi mejilla, me sentía estúpida.- Aparte, me
habría sentido muy culpable si te hubiera dejado allí solo... No me
lo habría perdonado.
Erick
me contempló durante unos instantes, en silencio. La intensidad de
su mirada se me clavaba en el corazón como 20 puñales. Aparté la
mirada y, no pude evitar ruborizarme levemente.
Seguidamente
me giré, y vi una pequeña mancha de sangre que traspasaba su
camiseta, por no hablar de su labio inferior, el cual seguía
sangrando.
-Erick...
Estás sangrando...- le advertí, mientras me acercaba suavemente
hacia donde estaba él.
Este
bajó la mirada hacia su abdomen y abrió los ojos como platos.
-Deberíamos
llamar a un profesor, para que te lo curen antes de que se infecte
más.- dije, mirando la herida algo preocupada.
Erick
apretó los dientes.- Dudo que los profesores puedan hacer algo...-
murmuró recostándose en el árbol.
-Pero...
Si los profesores no hacen nada, ¿cómo pretendes curar la herida?-
le pregunté, alarmada.
Él,
sorprendentemente me miró, y esbozó una pequeña sonrisa.
-Sé
que eres buena curandera, apuesto a que tú puedes hacer más que
todos los profesores juntos.-
Me
sonrojé levemente y miré al suelo. Una idea golpeó las puertas de
mi mente, ¿cómo es que el sabía que yo era buena curandera?
Lo
miré, algo desconcertada.
-¿Qué
me dices? ¿Vas a ayudarme o no?- me preguntó mientras se cruzaba de
brazos.
-Yo...
Esto...Claro...-balbuceé- Me has salvado la vida...Es lo menos que
puedo hacer.
Me
senté en el suelo junto a él y me puse de rodillas, de cara a su
herida.
Erick
empezó a quitarse la camisa. Mis ojos estaban fijos en cada uno de
sus movimientos, finalmente se la quitó y la dejó colgando en la
rama del árbol.
Su
torso desnudo era de las cosas más hermosas que había visto en toda
mi vida, cada parte de él era perfecta. Su piel presentaba un ligero
bronceado y parecía que brillara con luz propia. Tomé aire y rocé
con las manos temblorosas la herida que se le extendía por el
abdomen.
No
era demasiado profunda, tenía un tacto extrañamente liso, como si
hubiera sido hecha así aposta. Masajeé durante unos segundos la
zona en la que se encontraba la herida.
Él
se estremeció ligeramente ante el suave tacto de mis dedos en su
piel.
Entonces
caí en cuenta de que no tenía nada con lo que curarle.
-Pero...-
murmuré, haciendo que Erick girara la cabeza para mirarme- Necesito
vendas y desinfectantes para poder curarte la herida.
Él
me sonrió dulcemente, mostrando unos hermosos dientes perfectamente
alineados. Nunca antes lo había visto sonreír.
-No
te hace falta nada de eso.-
Lo
miré con la duda pintada en mis ojos, ¿qué quería decir con eso?
Me puse el pelo detrás de la oreja y miré la herida una vez más.
''
Vamos piensa... Tú puedes hacerlo, él confía en ti... '' me dijo
una voz en mi cabeza, esta cada vez se hacia más débil con cada una
de sus palabras ''Lena... Tú puedes...''
Tomé
aire y contemplé la herida. Sentía un cosquilleo extraño
proveniente del pecho, este se fue extendiendo, hasta que pasó a mis
manos.
''
¿Qué me está pasando?'' me pregunté a mi misma, contemplando mis
manos fascinada y a la vez, aterrada.
Me
agaché hasta la herida y la rocé con la yema de los dedos. De
repente, una parte desconocida de mí me daba órdenes, esa parte
sabía lo que debía hacer para curar la herida.
Sentí
una extraña energía fluyendo por mis dedos hasta llegar a la parte
de su torso herida. Seguí acariciándola durante unos segundos hasta
que la herida se curó por completo.
Aquella
energía que fluía por mis dedos desapareció y contemplé mis manos
algo confusa. ¿Qué es lo que acababa de hacer?
Erick
alzó la mirada y me dedicó una media sonrisa. Se levantó y se puso
su camiseta de nuevo.
-Muchas
gracias.- me dijo y seguidamente, empezó a caminar en dirección al
pueblecito.
Yo
me quedé en shock durante unos segundos, pero finalmente eché a
correr tras él.
-¡Un
momento! ¡Espera!- lo llamé.
Él
se giró y se cruzó de brazos, esperando a que hablara.
-¿Qué
es lo que acaba de pasar? ¿Cómo hice eso? Y... ¿Cómo sabías que
yo podía hacer eso?- pregunté.
Él
me miró durante unos instantes y seguidamente, continuó su camino.
-¡Espera!
¡Respóndeme!- dije, avanzando hasta colocarme a su lado.
-Ya
habrá tiempo para respuestas.- dijo él, mientras seguía andando.
Yo
solté un largo suspiro y me apoyé en un árbol. Desde que le había
curado la herida me sentía muy cansada.
Bueno... ¡Y eso es todo! :P ¿Qué os ha parecido?
Ya que estoy, antes de irme, quería comunicaros que probablemente tarde en publicar la siguiente parte del capítulo ya que mis padres se van de viaje cinco días y yo me voy a casa de mis abuelos (donde no tengo ordenador ._.) por lo que no voy a poder escribir :L
¡Os dejo con una canción de Austin Mahone! (estoy enganchada :3)
(Aunque no os guste él, os recomiendo que la escuchéis, yo no soy muy fan suya, pero la canción me gusta bastante).
Hola preciosa:))
ResponderEliminarDios mio....TE ODIO!! Jajaja no es broma que te aprecio mucho, como escritora y como persona. Solo que...ME ENCANTÓ ESTE CAPÍTULO! Oiiiisss Erik es tan adorable y...misterioso a la vez, lo cual me gusta más jajajaja:))
:0:0:0:0 ¿Cómo es que Lena puede hacer eso? ¿Y por qué lo sabe Erik? ESto promete jeje.
Bueno preciosa, me voy a seguir con mi libro un poquito más:)
Espero con ansias el próximo capítulo, un besito muy muy muy grande de:
http://graciaxhacermefeliz.blogspot.com.es/
Muaaak!
Me encanta este capitulo es de momento el que mas me gusta y el que mas desvela.....
ResponderEliminarQue ganas tengo de el siguiente!!!
Chao
Cada capítulo me gusta y me engancha más, de veras que e está encantando.
ResponderEliminarHola guapa:)
ResponderEliminarTienes un premio en mi blog:) ¡Pásate! :))
Un besito.
http://graciaxhacermefeliz.blogspot.com.es/
Holaa! Seguro que te vas a quedar alucinando con el montón de comentarios que te he ido dejando xD Este cap para mi ha sido el mejor! (tiene acción de la que me gusta :P) Y mientras iba leíendo me he dado cuenta de que tienes música en el blog y ahi bruno mars *-* ME ENCANTA XD Espero que no tardes mucho con el siguiente por que ahora si que ya me he quedado sin más entradas retrasadas ^^'
ResponderEliminarBesoos!
OH ERICK ERICK ERIIIIIIIICK!!!! (Y no se llama Jack ehh?? UN PREMIO POR ESO!! AJAJAJJAJA XDXD ) ESTA CHULIIIIIIIIIIIIIIIIIISIMO EN SERIO MARIA!!! Tienes un don para escribir o algo??? WHHHHHHHHHHHHAAAAAAAAAAAAT?? DKJLHGLKDJSFHGKSD MAS MAS MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarBESAZOOOOOOOOOOOOOS ENORMEEES <<3<3<3<3<3
Erick♥
ResponderEliminarSiento como si fuera Patch, hehe. No sé, me encanto. Lamento comentar tan tarde (ultimamente me disculpo mucho por lo mismo) en fin. Me encanta. Me enamore de ese chico... auqnue, Christian... bff... no sé, ¿es que todos tienen que ser un amor? hahaha.
Besos~