sábado, 12 de octubre de 2013

Capítulo 9, segunda parte

CAPÍTULO 9, SEGUNDA PARTE
Analicé atentamente las palabras de mi interrogador. Había repetido exactamente lo que yo le había dicho que hiciera.
Una fugaz idea me vino a la mente.
"¿Y si he descubierto alguno de mis poderes raros? ¿Me ayudará a salir de aquí?" pensé, mientras analizaba mis posibilidades.
Finalmente, decidí comprobar si mi teoría era cierta. Me giré y clavé mi mirada en el hombre, quien seguía en pose relajada, con la boca entreabierta.
-Vas a llevarme a las mazmorras donde están mis amigos. Los sacarás de allí.- me sorprendí al darme cuenta de lo muy persuasiva que sonaba mi voz.
El hombre se quedó unos instantes inmóvil. Crucé los dedos y recé por que mi teoría fuera cierta.
Entonces, cuando empezaba a asimilar que no iba a salir de allí, mi interrogador se levantó e hizo aparecer una puerta en la blanca pared.
-Voy a llevarle a las mazmorras donde están sus amigos. Los sacaré de allí.- dijo, mientras me abría la puerta para que pasara yo primero.
Suspiré aliviada. Notaba como aquel poder despertaba algo oscuro en mi alma, pero tenía que admitirlo: me encantaba aquella sensación.
Esbocé una sonrisa y me interné en el oscuro corredor. El hombre había desplegado sus alas, de manera que la luz de estas me servían para guiarme por el pasillo.
Finalmente llegamos a las mazmorras. Corrí hacia la celda en la que se encontraban Erick y James. El demonio estaba tumbado en el suelo, con la cabeza apoyada en las manos mientras miraba hacia el techo y silbaba, en cambio Erick estaba sentado, apoyado en una de las esquinas de la celda. Él fue el primero en verme. Se levantó rápidamente del suelo y se aproximó lo máximo que los barrotes le permitieron. Por su expresión podía intuir que estaba preocupado.
El hombre que iba conmigo se aproximó a la celda. Rebuscó entre su cinturón hasta sacar un llavero de él. Escogió una de las llaves y la metió en el enorme candado de la celda, dejándola abierta.
Erick fue el primero en reaccionar, salió corriendo de la celda y fue hacia mí, envolviéndome en un reconfortable abrazo, algo que me pilló totalmente desprevenida. Sentía sus manos en mi espalda, su cabeza estaba apoyada en mi hombro, de manera que sus cabellos me cosquilleaban ligeramente la mejilla.
-Dios mío Lena, estaba tan preocupado.-murmuró, sus labios rozaban mi clavícula con cada una de sus palabras- Temía que te llevaran directamente con Miguel sin siquiera dejar que nos despidiéramos de ti.
Una pequeña lágrima descendió por mi mejilla. No entendía porque estaba llorando. No estaba herida, me encontraba en perfecto estado, pero aún así mis mejillas estaban húmedas.
Alcé mi mano derecha temblorosa y la hundí en los suaves cabellos castaños de Erick, acariciándolos. Había sido algo impulsivo, y no sabía como iba a reaccionar él al respecto, pero no había podido evitarlo, llevaba siglos queriendo hacerlo.
Entonces alguien carraspeó a nuestras espaldas, provocando que Erick y yo nos separáramos. Mis mejillas ardían, pero por suerte, estaba demasiado oscuro para que alguno de los dos lo notase.
-¿Cómo has conseguido sacarnos de aquí?- preguntó Erick, clavando sus ojos azules en mí.
Bajé la mirada al suelo tímidamente. Mi mente aún seguía recordando el tacto de sus manos en mi espalda y el ligero roce de sus labios contra mi clavícula.
Entonces giré mi mirada hacia James, quien formó una media sonrisa en su rostro.
-El hombre tiene pinta de no haber tenido sexo en toda su vida. Seguro que le hizo un trabajito para que nos dejaran salir de aquí.- dijo, mientras se dirigía hacia mi interrogador, quien apenas se había inmutado ante sus palabras.
-Eres un cerdo.- le espeté, fulminándolo con la mirada- ¿Es que siempre tiene que haber sexo por enmedio en todo?
El avanzó un paso hacia mí y formó una sonrisa divertida en su rostro, provocando que un pequeño hoyuelo apareciera en su mejilla derecha.
-En este tipo de situaciones sí.- respondió encogiéndose de hombros.
Rodé los ojos. Lo mejor que podía hacer era ignorarlo, seguirle el juego nos retrasaría más.
Giré la cabeza y me dirigí hacia el hombre, quien estaba mirando el techo ausente. Lo cogí de los hombros y lo zarandeé un par de veces, hasta que este bajó la mirada y clavó sus ojos blancos en los míos.
-Vas a crear una puerta para que podamos salir del refugio.- dije, volviendo a usar el mismo tono persuasivo.
Me paré a pensar durante unos instantes. Estaba controlando a mi antojo la mente de un pobre hombre que tuvo la mala suerte de interrogarme y, aún así, seguía sin poder sentirme culpable, incluso me gustaba esa sensación de poder que se formaba en mi pecho. ¿Qué me estaba pasando?
Entonces, la voz del hombre interrumpió mis pensamientos, haciendo que fijara mi antención en él.
-Voy a crear una puerta para que podáis salir del refugio.- repitió, mientras se dirigía hacia la puerta.
Me di la vuelta. Erick y James me miraban con la sorpresa pintada en sus caras.
-¿Nos vamos o pensáis quedaros con cara de gilipollas hasta que me maten?- les espeté bruscamente, provocando que estos reaccionaran y se situaran junto a mí.
Nos internamos en el oscuro corredor de nuevo. Entonces oí pasos a lo lejos, y murmullos que parecían pertenecer a dos personas.
-¿No lleva mucho tiempo Stan interrogando a la chica?- decía una de las voces.
Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Estaban cada vez más cerca de nosotros, nos descubrirían.
Miré hacia el suelo, mientras los Hartn pasaban por nuestro lado, intentando llamar la atención lo menos posible.
Entonces uno de ellos se giró y me miró alzando una ceja.
-¿Stan? ¿Qué narices hacen los prisioneros aquí?- preguntó uno de los hombres.
-Voy a crear una puerta para que puedan salir del refugio.- respondió este, quitándole importancia al asunto.
-¿ Pero qué...- no le dio tiempo a terminar la frase, ya que Erick le propinó un puñetazo en la barbilla, dejándolo inconsciente.
Lo miré impresionada. ¿Erick golpeando a otro ángel? Este, al sentir mi mirada clavada en él se giró y se encogió de hombros, dando a entender que no había tenido otra opción.
El otro Hartn se quedó paralizado, contemplando el cuerpo inconsciente de su compañero en el suelo. Cuando reaccionó para huir ya era demasiado tarde, ya que James le bloqueaba la salida, con una sonrisa maliciosa en su rostro.
-No tan rápido angelito.- dijo, mientras le propinaba un fuerte puñetazo en el estómago, provocando que el hombre se encogiera y cayera al suelo.
Iba a seguir golpeándolo cuando Erick lo agarró del brazo y lo miró con seriedad.
-Con dejarlo inconsciente basta.- dijo con firmeza.- Tenemos que salir de aquí. Probablemente manden refuerzos al darse cuenta de la ausencia de estos dos.
James le dirigió una última mirada al cuerpo inconsciente del hombre, como deseando poder golpearle de nuevo. Soltó un suspiro y se reunió con nosotros, cruzándose de brazos.
Entonces, una potente luz blanca empezó a envolver a Erick, dándome a entender que estaba desplegando sus alas.
Una vez las alas estendidas nos miró y le hizo un gesto con la cabeza a James, indicándole que él debía hacer lo mismo.
-Volando llegaremos más deprisa.- explicó Erick.
James asintió con la cabeza. Una oscuridad empezó a envolver su cuerpo. Lo miré con curiosidad, era la primera vez que iba a ver sus alas, aunque no lo admitiría en voz alta, tenía curiosidad por ver como eran.
Las recorrí con la mirada, fijándome en cada uno de sus detalles. Parecían un mar negro de plumas. Destacaban notablemente debido al pálido tono de su piel.
No podía apartar mis ojos de ellas. No eran hermosas como las de Erick, pero tenían un toque electrizante y embriagador que atraía mi mirada.
Entonces el ángel de ojos azules carraspeó, provocando que tanto el demonio como yo nos giráramos para mirarle.
-Yo me encargaré de los guardias que se nos crucen. Tú carga con ella- dijo Erick dirigiéndose a James.
Este asintió, mientras una sonrisa traviesa se formaba en su rostro.
-¿¡Me vas a dejar con él?!- protesté, señalando al demonio acusadoramente con el dedo- Tengo piernas, creo que puedo correr yo sola.
- Volando llegaremos antes, no tardarán en saber donde estamos.- justo cuando terminó la frase, una campana resonó por todo el corredor, provocando que me tapara los oídos ante el estridente ruído.- De hecho, ya nos han encontrado.- dijo Erick, mientras se alzaba en el aire.- ¡Vamos! ¡Rápido!
James avanzó hasta mí sonriendo con superioridad.
-Tú eliges preciosa, te cargo por las buenas o por las malas.- dijo, mientras alzaba una ceja esperando alguna reacción de mi parte.
Solté un bufido y me crucé de brazos. No me hacía ninguna gracia que ese idiota cargara conmigo, pero no había otra opción.
Este pasó un brazo por debajo de mis piernas y me alzó. Impulsivamente me agarré a su cuello mientras nos elevábamos en el aire, al darme cuenta de lo que estaba haciendo me solté mientras mis mejillas se volvían de un color rojo intenso.
Giré la cabeza para mirar a James, quien reprimía una carcajada.
-¿Y tú de qué te ríes idiota?- le pregunté con brusquedad.
-Simplemente pensaba en las miles de cosas que te podría hacer en esa posición.- comentó, mientras la sonrisa en su rostro se ensachaba.
Alcé una ceja mientras lo fulminaba con la mirada.
-Espero que sepas las cosas que te pueden pasar si lo intentas.- contesté.
Noté como una de las manos que me sujetaban se movían, con intención de llegar a mi trasero. Me puse rígida y lo miré.
-Ni se te ocurra.- dije firmemente.
Él acercó su rostro a mi cuello, estaba peligrosamente cerca.
-¿Qué me harás si lo hago?- preguntó con voz seductora, mientras rozaba con sus labios mi piel al hablar.
-Yo...- empecé a balbucear, entonces un cuchillo salió disparado por los aires.- ¡Cuidado!
James se giró bruscamente para esquivarlo, me agarré a su cuello y hundí la cabeza en su pecho. Sentía el rápido latido de su corazón bajo su camiseta.
Una vez nos estabilizamos de nuevo me despegué de él.
-¿Estás bien?- me preguntó. Sus ojos amarillos relucían en la oscuridad.
Asentí con la cabeza. Alcé la mirada al frente y pude ver a Erick, quien se deshacía de los guardias que venían contra nosotros, chorros de sangre descendían de su brazo derecho. "Lo curaré en cuanto lleguemos a la academia" me dije a mí misma.
Entonces, una potente luz se adueñó de todo el lugar. Aquella sala me sonaba de algo.
-Hemos llegado al lugar por el que entramos al refugio.- me explicó James, gotas de sudor bajaban por su frente.
Mi interrogador se paró en medio de la estancia y murmuró unas palabras.
Miré preocupada hacia el corredor oscuro del que acabábamos de salir. Si el hombre no se daba prisa, los Hartn nos alcanzarían. Ya estaban en la sala blanca. Me mordí el labio con fuerza. Cada vez estaban más y más cerca. Sentía los músculos de James extrañamente tensos.
Y entonces, justo cuando nos iban a alcanzar, una puerta dorada se materializó frente a nosotros. Erick fue corriendo y la abrió, para que pasáramos primero. Los gritos de los Hartn resonaron por toda la habitación y de pronto, todo el ruído cesó.
Me giré. La puerta dorada había desaparecido y volvíamos a estar en la escalera de caracol que nos había llevado hasta allí.
Erick se apoyaba en la pared, mientras se sujetaba el brazo herido. James me bajó al suelo y fui corriendo hacia él, para examinarle el brazo, el cual estaba repleto de sangre.
-Llevaban...Llevaban armas... Armas blancas...-jadeó este, mientras respiraba con dificultad.
Me acerqué a él y le aparté el pelo sudado de la cara, seguidamente le di la mano por el brazo bueno, dejando un suave apretón en ella.
-Vamos.- dije, mientras lo guiaba por la escalera de caracol.
Una vez estuvimos bajo, busqué con la mirada el portal por el cual, habíamos llegado hasta allí. Seguía en el mismo sitio en el que lo habíamos dejado, desprendiendo aquella extraña luz violeta.
-Lena.- me llamó Erick.
Me giré para mirarlo y este sacó un pequeño recipiente con un líquido azul de su bolsillo.
-La tengo.- dijo.

Formé una pequeña sonrisa en mi rostro, por lo menos todo este viaje no había sido para nada. Ella iba a despertar. Naomi.

3 comentarios :

  1. Me encanta espero con ansían el capitulo 10. Tu historia me encanta es perfecta!!!! tengo un blog :http://losjuegosdelhambreandpercyjackson.blogspot.com.es/ te dejo la dirección par k te pases, gracias sigue así!!!!!!!

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  2. AH JAMES♥
    ¿Que? ¿Soy la única que ama al loco pervertido ese?
    Hahahaha.
    Excelente capitulo♥

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  3. Hola, soy Paula, la que te habló por MD en twitter y bueno ya que llevo nueve capítulos leídos dejo aquí mi huella. Me gusta mucho la historia, Lena es de mis personajes favoritos, me gusta mucho su forma de ser. Quiero saber más sobre Jack, al que no puedo evitar imaginar como el Jack de Idhún y me duele. :( Eric por su parte me parece muy intrigante y por ello me llamó la atención desde el principio. Me gusta mucho la pareja que hace con Lena ^_^. Amo los poderes de la protagonista, más los oscuros que los claros. En cuanto a James, tienen razón es idiota JAJAJA, aunque me encantan sus comentarios e.e Te seguiré leyendo. :)

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